Labioplastia y cirugía íntima
Con los nuevos hábitos de la vida actual, como la utilización de ropa ajustada, acudir al gimnasio y utilizar los vestuarios en los que hay más gente, etc, surge una nueva necesidad, la de la cirugía de la zona íntima. Las intervenciones más demandadas son la labioplastia de reducción o reducción de labios menores, la ninfoplastia o remodelación de la piel del capuchón del clítoris, el aumento y reducción de labios mayores y la liposucción del pubis.
Motivos para una labioplastia de reducción
Con diferencia, la intervención más frecuente entre éstas es la reducción de labios menores. ¿Qué motivo puede llevarte a realizar una reducción de labios menores? Serás una buena candidata a esta intervención si lo que te preocupa es un aspecto “inestético” de tus labios. Es decir, si los observas grandes, asimétricos o desproporcionados, si están arrugados o simplemente si no te sientes a gusto con ellos. Otro motivo es la incomodidad a la hora de utilizar ropa ajustada, como mallas o leggins, tanto por molestias como por incomodidad estética. Y finalmente, también si el tamaño de tus labios menores te causa molestias durante las relaciones sexuales o el ejercicio físico.
En qué consiste la labioplastia
El procedimiento de labioplastia es sencillo, se realiza habitualmente en quirófano, con anestesia local o local más sedación. Es ambulatorio pudiendo marcharse la paciente a casa unas horas después de la intervención.
El procedimiento consiste en, tras un cuidadoso marcaje, retirar la piel (mucosa) y la grasa que está en exceso. Y se remodela la forma final del labio para que el resultado sea agradable estéticamente. A veces hay un exceso cutáneo en la zona del capuchón clitoriano y se extirpa durante la intervención.
Recuperación tras una labioplastia
En cuanto a la recuperación, la paciente puede marcharse a casa tras la intervención, apenas hay dolor y se da medicación para que no lo haya.
La paciente debe hacer un reposo relativo de 48 h, evitando esfuerzos. A partir de entonces puede retomar sus actividades cotidianas, evitando ejercicios vigorosos durante el primer mes. También evitará las relaciones sexuales durante las 6 primeras semanas.
Hasta la curación de la herida, hay que mantener una adecuada higiene de la zona y utilizar una pomada antibiótica. El resultado es una cicatriz inapreciable, y no hay alteración de la sensibilidad.
Se trata de una intervención que implica una gran satisfacción de las pacientes y una mejoría de su bienestar.