Tras cualquier intervención de cirugía estética o plástica utilizamos prendas de compresión postoperatoria. Puede tratarse de fajas, sujetadores, vendajes, etcétera, según el tipo de intervención o zona operada.

¿Cuál es el motivo para la utilización de prendas de compresión postoperatoria?

La finalidad de estas prendas es múltiple:

• En primer lugar, disminuyen la inflamación postoperatoria. Al aplicar una compresión sobre una zona intervenida, que indudablemente va a sufrir una inflamación, evitamos que esta inflamación de los tejidos vaya a más. Es decir, al comprimir una zona, no permitimos que la acumulación de fluidos y dilatación de tejidos llegue a su máximo.
• En segundo lugar, el uso de prendas de compresión postoperatoria va a evitar o minimizar la acumulación de fluidos en las zonas intervenidas. Es por ello que va a disminuir el riesgo de aparición de hematomas y seromas (acumulación de fluidos en cavidades generadas por una cirugía). O en el caso de que éstos aparezcan, va a favorecer su reabsorción.
• En tercer lugar, va a permitir ayudarnos a moldear la zona operada, para conseguir el resultado que buscamos con la intervención. Es decir, nos va a ayudar a mantener la forma conseguida con la cirugía, minimizando la fibrosis de los tejidos.
• Y en último lugar, va a dar una protección o seguridad al paciente. Va a proteger la zona intervenida, sujetando los tejidos en su lugar, y haciendo sentirse más protegido al paciente.

¿De qué prendas de compresión postoperatoria estamos hablando?

Pues en el caso de cirugía corporal, como en las liposucciones o abdominoplastias, utilizaremos fajas de compresión ajustadas a la zona intervenida, evitando que generen pliegues para llevarnos a un resultado postoperatorio óptimo. En el caso de la cirugía de mama, utilizaremos sujetadores postoperatorios que compriman el pecho para que cicatrice correctamente. En algunos casos de cirugía mamaria también puede ser necesario el uso de bandas de compresión mamaria. Para la cirugía facial, depende de la cirugía. En la rinoplastia colocaremos una férula blanda para minimizar la inflamación de los tejidos blandos, así como una férula dura o termoplástica, para la correcta cicatrización del hueso. En la otoplastia colocaremos una banda o cinta de compresión. Para el lifting cervicofacial utilizaremos primero una venda y después una faja.

Y luego existen áreas que no se pueden vendar, como en el caso de los párpados, en los que realizaremos una correcta ferulización con otros materiales.

La Dra. Patricia Martínez es cirujana plástica colegiada, miembro del Colegio de Médicos de Valencia y de la SECPRE (Sociedad Española de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora).